El origen de un proyecto de cultura audiovisual

Para hablar sobre el origen de este blog, nos gustaría comenzar presentándonos a nosotros y para ello tenemos que remontarnos muchos años atrás en la historia. Como siempre, nos gusta destacar que, aunque la cultura audiovisual parezca relativamente nueva, todo el mundo capta la realidad a través de los sentidos y, primordialmente, a través de la vista y el oído. Esto quiere decir que la forma de relacionarnos siempre ha estado ligada a lo audiovisual, así como la forma de entender el mundo y de dejar huella a lo largo de la historia.

Este blog surgió con la idea de hacer un breve estudio, sobre todo, de la realidad del panorama audiovisual contemporáneo, pero para ello hay que comenzar teniendo claro que es algo vivo y cambiante, así como lo somos todos nosotros. Además, es importante destacar que estos cambios a los que la sociedad se ve sometida (y de forma inherente, también la cultura audiovisual) cada vez son más acelerados. La evolución de la tecnología permite que avancemos a pasos cada vez más agigantados, de forma exponencial, y esto hace que durante los últimos años el panorama audiovisual haya cambiado mucho más que durante el resto de su historia. Con esto en cuenta, quién sabe cómo seguirá avanzando año a año.

Sin lugar a dudas, este fue el germen que originó este espacio, pero como es lógico, los que lo llevamos a cabo somos amantes del sector audiovisual, estudiosos y nos gusta pensar que algo filósofos. Por esta razón vamos a hablar un poco sobre quiénes somos.

Un grupo de amigos para toda la vida

En primer lugar, hay que destacar que somos un grupo de amigos que se conoció estudiando Comunicación Audiovisual en la Universidad Pontificia de Salamanca. Es una universidad muy reconocida a nivel mundial y todos estamos de acuerdo en que aprendimos mucho y que nos aportó muchos conocimientos y beneficios personales y profesionales. El más importante es que coincidimos cuatro amigos de la generación de 1993, cada uno de un sitio diferente de España.

Miguel Hernández, que nada tiene que ver con el famoso poeta, es natural de Toledo, le encantan los videojuegos y es el mayor fan de John Ford que existe sobre la Tierra. Antonio Pérez, por su parte, decidió estudiar la carrera en Salamanca ya que le caía cerca de Ponferrada. En clase estaba catalogado como el “payaso”, pero nunca suspendió un examen. Roberto Soriano es un zaragozano sincero, cabezón y serio hasta la médula, la conciencia del grupo. Por último, Pepe Núñez es el que vino de más lejos, desde la misma Colombia, aunque viajó hasta Lérida cuando tenía 8 años. Era el peor estudiante de los cuatro, pero no separarse de nosotros le obligó a no suspender ninguna asignatura.

Estuvimos juntos durante toda la carrera, después nos volvimos a separar para estudiar nuestros respectivos másteres, pero nunca perdimos el contacto. Siempre que nos hemos reunido de nuevo, hablamos de lo que echamos de menos aquellas charlas de universitarios que tratan de cambiar el mundo hasta que nos dimos cuenta de que es mucho mejor comentar los cambios que va haciendo el mundo. Con esta idea pensamos que debíamos iniciar un proyecto conjunto que nos mantuviese en contacto frecuente y que nos permitiera continuar con nuestras pasiones.